03 noviembre, 2014

Los Shajshas y San Pedro de Corongo, por Alex Valdez A.


En junio de cada año, Corongo se llena de algarabía pues tiene que celebrar la fiesta más grande de toda la provincia en honor a “San Pedro”, el santo patrón del pueblo. Durante los ocho días que dura la celebración la gente se lanza a las calles a disfrutar de la mejor manera esta antigua costumbre tradicional, demostrando así su devoción al santo pescador de hombres y buscando su dadivosa bendición.
Llega gente de toda la provincia, muchos paisanos de la capital y también turistas que quieren sentir el ambiente febril de esta festividad. El pueblo los recibe con un manto de tradición, religiosidad, devoción y camaradería matizado con baile, trago y borrachera donde se mezcla la gente sin importar el lugar de procedencia, condición social, doctrina política, ni ninguna de las superfluas cosas que dividen al hombre en vanas y absurdas diferencias. Es por todo esto que la fiesta de “San Pedro de Corongo” se ha consolidado como una de las más grandes de todo el departamento de Ancash.
Esta fiesta la celebran dos “Jueces de Agua” (Parte Arriba y Parte Abajo), cuya función no se reduce a lo social y festivo, sino principalmente a la administración y cuidado del agua que se usará para el riego de las tierras agrícolas durante todo el año que dura su mandato. Vemos aquí la figura de los Varayocs incaicos cuya autoridad los españoles supieron respetar. Por su importancia económica en el manejo del agua los Jueces de Agua han sido nombrados como Patrimonio Cultural de la Nación.
La celebración de San Pedro se engalana con dos íconos de Corongo, las Pallas que con su elegancia y belleza asemejan a bellas mariposas multicolores danzando para el santo patrón y los Panatahuas que cual ágiles saltamontes bailan dando brincos como queriendo reventar las piedras de las calles del pueblo dando a conocer así su devoción.
Pero no siempre esto ha sido así, pues muchos ignoran que el culto a “San Pedro” se inició en la tierra de los Huallas, que hoy corresponde a Aco y no en Corongo, además, quizás les costaría creer que antes que Pallas y Panatahuas, el santo patrón fue honrado por “Shajshas”, guerreros originarios de esta tribu. En este artículo analizaremos este tema que podría resultar controversial, pero es necesario conocerlo para afirmar la raíz histórica del folclore coronguino.



Los españoles después de capturar y asesinar al inca Atahualpa asumen el control del Tahuantinsuyo, al que poco a poco van a ir denominando Perú. Después de tomar el Cusco van a iniciar la tarea por acentuar su poder en las nuevas tierras conquistadas; esto incluye no solo campañas bélicas contra los naturales, sino también grandes campañas de adoctrinamiento y evangelización católica, llevado a cabo por misioneros de las diversas órdenes religiosas (dominicos, agustinos, jesuitas, franciscanos, etc.) que venían de España para tal fin.
Es así como se organizan misiones religiosas y se las envían a las diversas partes del territorio incaico, con la finalidad de “catequizar” y “extirpar idolatrías” de tal manera que puedan implantar aceleradamente la religión Católica ganando nuevos adeptos que les permitan implantar sus modelos económicos y políticos. La misión principal de los catequistas era difundir el cristianismo y bautizar a todos los que estén dispuestos (a la buena o por fuerza) a abandonar sus creencias y adoptar la nueva religión. El indígena una vez bautizado se volvía católico y como tal era súbdito del soberano español, por tanto debía pagar tributos y demás situaciones que contemplaban las leyes españolas.
A la zona de Corongo inicialmente llegaron dominicos pero no dejaron gran obra en la zona. Ya para 1559 llegan evangelizadores Agustinos para cumplir con el proceso de catequización y extirpación de idolatrías que se había implantado en el Perú. Uno de los primeros pasos de la evangelización implicaba la construcción de una iglesia o capilla donde los naturales puedan recibir el catecismo y rendir culto al dios cristiano. Estos evangelizadores agustinos buscaron un lugar idóneo y eligieron “Rayan Pampa”, tierra de la tribu “Hualla” en el actual distrito de Aco para erigir la primera capilla o iglesia y entronaron allí a “San Pedro” como santo patrón. Esta elección quizás fue motivada por su cercanía al camino inca que pasa por la parte alta de esa zona. Es así que las veintiún tribus que estaban bajo el dominio del cacique “Pomacochache” debían ir hasta ahí a rendir homenaje al santo patrón. El que sea Junio el mes elegido para la festividad obedece a que en esta fecha se realizaba la más grande festividad incaica, “El Inti Raymi” que se celebraba cada solsticio de invierno que se da entre el 23 y 24 de junio, justo en época en que inicia la fiesta de San Pedro con el “rompimiento”, por tanto la fecha es no es simple coincidencia, aunque en Corongo la festividad se ha centrado más en el manejo del agua. Esto demuestra que los españoles no destruyeron ni desaparecieron las festividades incaicas, sino simplemente reemplazaron los ídolos nativos por santos cristianos facilitando así la conversión de los indígenas.
El proceso de catequización fue muy difícil tal como lo hace saber el cronista Antonio de la Calancha en su “Crónica Moralizada de la orden de San Agustín” pero a poco el cristianismo fue venciendo. Entonces, los huallas, cushcas, clarinircas y otras tribus de la zona comenzaron lentamente adherirse al cristianismo y adorar a este santo cristiano, mucho antes que los coronguinos. Ya para 1570 aproximadamente y estando Francisco de Toledo como virrey del Perú, se dictan las leyes para “reducir” (conglomerar) a los indios y se crean las "Reducciones o Pueblos de indios" que eran ciudades centrales donde se aglomeraban a las tribus de los alrededores con la finalidad de tener mano de obra barata, poder cobrar los tributos fácilmente y acentuar el proceso de evangelización.
Después de analizar varios lugares los hispanos eligen la zona de “Antahuella” para crear la "Villa de San Pedro de Corongo" por ser lugar plano y tener fácil comunicación con las otras reducciones. Erigen una iglesia más grande, traen al Santo patrón a esta nueva locación y concentran a las tribus en los diferentes barrios de la ciudad que se mantiene tal cual hasta nuestros días.
Como es obvio, los Huallas y Cushcas no aceptan este cambio, se roban la efigie del santo y lo llevan a Hualla para adorarlo, los coronguinos hacían lo propio generándose sendas luchas para conservarlo. En una de estas lides, donde las piedras y los palos se batían en manos de los contendientes, una de las piedras le cae al santo separando y haciendo volar su cabeza por los aires, esto va a dar pie que hasta hoy los coronguinos seamos conocidos con el mote de "matasanpedros".
Al final los y después de calmarse los ánimos los Huallas son ubicados en el barrio de Cayarina junto a los Cushcas y Clarinircas y sus zonas de dominio van a quedar solo como estancias ganaderas que aportaban productos a la ciudad principal.
En Corongo la jerarquía de la celebración de la fiesta se mantuvo pues hasta fines del siglo XIX, la fiesta de Parte Arriba era celebrada por los Huallas y la de Parte Abajo por los coronguinos y obviamente ambos competían por tener la mejor fiesta llegando incluso a liarse a palos y pedradas. En esta época la fiesta de Santo patrón se veía engalanada por Shajshas, Incas, huaris (danza extinta en Corongo) pallas y panatahuas que danzaban en su honor, generándose hermosas comparsas multicolores. Cuan hermosa debe haberse visto la plaza llena de danzantes que compiten por destacar en la adoración al santo patrón.
Ya a inicios del siglo XX las estancias de Aco y Cusca adquieren categoría de distritos e independizan sus festividades eligiendo nuevos santos patrones pero siempre respetando la fiesta de “San Pedro” patrón principal de la provincia. Así, Cusca adopta a “La Virgen de la Merced” con su festividad en setiembre y Aco elige como patrón a “San Francisco de Asís” y celebra su festividad en octubre. Al independizarse los distritos sus danzas originarias son dejadas de lado en junio y marginadas como indignas para la celebración del Santo patrón “San Pedro” condición que se ha mantenido hasta nuestros días.
Por todo esto podemos concluir que durante mucho tiempo (quizás unos tres siglos) los shajshas junto a las pallas y panatahuas bailaron juntos como parte importante de las festividades y engalanando la fiesta de “San Pedro”, santo patrón de Corongo, una prueba más de los importante que esta danza ha sido en el proceso histórico y tradicional del pueblo coronguino.
¿Será una locura pensar en volver a ver a los shajshas en junio?
Seguramente generaría mucha controversia pero debería ser tomado como tema de análisis y profundo debate por la comunidad coronguina.

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