20 noviembre, 2016

Tragos juveniles

Por Samuel Nieves Reyes


Era Viernes y mi recordado amigo Iver Espinosa, me dice: tengo un dato me acabo de encontrar con Edwin y me ha dicho que esta noche va haber una reunión de tragos, va a ser en la casa desocupada que tiene el papa de Paúl en la calle de la salida a Aticara en Ushquish, el que organiza es Pepe Jallan la condición que ha puesto para ser parte del grupo es que hay que llevar una botella de trago:

-Pues vamos a divertirnos si no tienes algún problema le contesto
-No yo no tengo ningún problema más bien tú que paras templado como cuerda de violín me responde.
-Y a ¿qué hora es?.....pregunto
-A las siete de la noche 
-Entonces vamos pues…. contesto después de haber sacado bien mis tiempos de la hora de la cita nocturna clandestina de nuestro bello romance adolecente… que nos embelesa.


Llegó la hora señalada después de haberme reportado con la dueña del corazón me fui en busca de Iver. Al encontrarlo lo note que estaba un poco preocupado porque tarde en llegar y al verme se alegró y al mismo tiempo me dice que había un problema que resolver:
- ¿y cuál es?
-No tengo para el trago 
-Eso no es problema le digo yo tengo, compremos una botella de anisado y tu saca una botella vacía de tu restaurant lo vamos a llenar con la mitad del anisado y resuelto el inconveniente.. 
-Ya she, contesta.

Ingresando inmediatamente a su restaurante y sale con la botella vacía, Buscamos un lugar oscuro para evitar la mirada acuciosa de alguna persona mayor, hacemos el llenamos de la mía como habíamos acordado y nos fuimos en busca de la “reunión”. 
Llegamos a la dirección indicada tocamos la puerta salieron y al vernos nos dieron la bienvenida e invitaron a pasar a la casa y nos informaron que se encontraban reunidos varios amigos entre ellos además del anfitrión estaban: Paúl, Edwin, Aurelio, Raúl, Satuco Sandoval y otros que no recuerdo. 
Cuando llegamos a la puerta del salón donde se encontraban ya libando licor, Pepe Jallan sale a darnos el encuentro para hacer la revisión respectiva de las botellas de trago de cada uno de nosotros dos y viendo la conformidad ordena: 
-Pueden pasar, ingresando inmediatamente para alegría y celebración de todos los allí presentes

Habiendo transcurrido ya un buen rato entre trago y trago y de charlar alegremente comentando las anécdotas que cada uno se esforzaba en relatar y dejarse escuchar, sintiéndonos ya ebrios se le ocurre a Pepe Jallan pedir que le alcancen la botella de Iver para beber “su sangre” y pide el vaso para brindar el como organizador de la reunión y dar el visto bueno al “vendito licor” sirviéndose como “la ley del trago” manda previo “discurso” casi “enternecedor” para la ocasión. Levanta el vaso para el respectivo brindis el cual seguíamos atentamente con casi reverencial atención y dice:
-¡Salud muchachos! ¡Por la “sangre” de Iver!

Levantando el vaso para beberlo cuando nos percatamos en ese instante por la tenue luz del lamparín que nos alumbraba y que se dejaban traslucir en el vaso de vidrio cuerpos inertes de algunos bichos mesclados en el licor, gritando casi todos en coro: 
-¡Aguanta she! ¡Aguanta she! ¡El trago está lleno de moscas! 
-¿Que esta con queee…? ¿Moscas dicen…? Pregunta 
- ¡Si she! ¡El trago está lleno de moscas! Respondemos en coro

Hay que votarlo propone alguien a lo que responde: 
-¡Ta huevón! El trago es sagrado
-¡Alcáncenme un pañuelo para colarlo! 
-Aquí ¡No se bota nada!
- ¡Todos lo vamos a chupar! 
Ordeno, no se escuchó reclamo alguno dicho esto. 

Pepe Jallan se encargó de colar el licor, listo ya cada uno comenzamos a brindar y a seguir charlando, algunos abrasados ya del que se encontraba más cerca contándole sus penas y lamentaciones por algún escurridizo amor, que en esas circunstancias de embriagado delirio laceraban el corazón sin piedad alguna. 
Ya era media noche más o menos y nosotros hacíamos tanta bulla por la embriaguez que no teníamos en cuenta que los vecinos de las casas colindantes no podían descansar con tranquilidad hasta que hartos de no poder conciliar el sueño decidieron averiguar que sucedía y tocan la puerta violentamente, Paul dentro de su embriaguez logra escuchar los golpes en el portón y grita desesperado: 
-¡Mi viejo seguro carajo! 

El sabernos descubiertos en esta situación hiso que todos corriéramos en busca de algún refugio, escondiéndome yo en el horno de pan de la casa quedándome totalmente quieto para evitar ser atrapado. Escuchándose en esos instantes que fuerzan la puerta y la abren encontrando a algunos de los muchachos tratando de ganar la calle y el vecino más violento grita: 
-¡Son estudiantes del colegio! ¡Agarren a todos carajo! 

Pasados unos minutos como la casa no tenía iluminación salgo de mi escondite para escapar a como dé lugar y logro escabullirme hacia la puerta de la calle cuando en eso me percato que tenían agarrado a Pepe Jallan por el cuello y escucho que este le decía a su captor: 
-¡Seguro que ahora van a decir que Pepe Jallan ha estado chupando aquí! pero te aseguro que el ¡No ha venido! 

Había cambiado el tono de su voz para tratar de convencer que él no es el partícipe de la escandalosa embriaguez juvenil, lo que llamo mi atención percatándome que el anfitrión de la borrachera se había sacado los gruesos lentes de medida que usaba para que no lo identifiquen y poder librarse de los problemas contra la tranquilidad de la vecindad.
¿Cómo termino todo esto? no sé porque apenas llegue a la calle corrí como nunca la había hecho hasta mi casa

QUIERO RECORDAR LA MEMORIA DE MI GRAN AMIGO IVER ESPINOSA BELTRAN Q.E.P.D.

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