05 noviembre, 2014

Los Shajshas y su vestimenta, por Alex Valdez A.



Los Shajshas de la provincia de Corongo, es una danza muy característica en cuanto a su vestuario; las prendas que componen su atavío, tienen carácter propio y lo diferencian de los Shajshas que existen en el Callejón de Huaylas y otras partes del Perú.
El Shajsha coronguino lleva el traje de un guerrero presto para la batalla, que de manera ceremonial se muestra ante su pueblo, buscando su admiración y respeto y ante sus dioses, pidiendo su favor divino.
El traje es mestizo, claramente se nota la influencia europea en su conformación. Los Uncus, Huaras y otras prendas típicas prehispánicas han sido reemplazados por prendas más occidentales como el pantalón y la chaqueta, incluso la tela autóctona (hecho de algodón o lana de camélidos andinos) ha sido reemplazada por una que siendo moderna mantiene las características finas y aterciopeladas de las originales. Sin embargo, a pesar de su mestizaje, el traje tiene aditamentos que han sabido mantenerse invariables a través de los siglos, como las shajapas, la macana, la rodela y la peluca.
En la actualidad, el traje se compone principalmente de una chaqueta y un pantalón que están confeccionado de «pana» tela muy suave y aterciopelada que está adornada con motivos iconográficos hechos con lentejuelas de todo tipo. El traje no debe llevar bordados exagerados y los íconos que lo adornan deben ser de tipo Chavín, Wari, Recuay e Inca, pues esas culturas influenciaron a los coronguinos desde épocas inmemoriales. Hoy en día sorprende ver trajes bordados a la usanza del centro del Perú y adornados con dragones, cobras, águilas, sapos, santos y otros motivos que escapan de los símbolos adorados y respetados por nuestros antepasados, cuya originalidad nos corresponde mantener.



Complementan al traje los calzoncillos (pantalón interior blanco que sobresale del traje adornado con líneas de colores), la faja, las shapajas, la peluca y las armas que lleva en la mano. Cada uno de los elementos que componen el traje hacen ver al guerrero más amenazante, más fiero y más valiente, como lo eran los hombres del pasado que habitaron las tierras coronguinas.

Las Shajapas:
Son parte muy importante del vestuario de los guerreros. Gracias al peculiar sonido que hacen cuando bailan: "Shak Shak", "Shak Shak", "Shak Shak" ha surgido la denominación onomatopéyica de Shajshas que es como se conoce actualmente a la danza.
Las Shajapas están hechas de semillas del árbol llamado «Maichil» (Apocynacea Thevetia peruviana) que solamente crece en la parte amazónica de nuestro país, por lo que son prueba material irrefutable de que la cultura Korymarca o Curunmarca trascendió sus fronteras y estableció lazos comerciales y/o culturales con pueblos de la ceja de selva como el Marañón y Huánuco. Con esto es fácil explicar el porqué de la existencia de guerreros Panatahuas en Corongo, ya que estos son originarios de la zona de Huánuco y vinieron a apoyar a los coronguinos en la guerra contra los incas durante la expansión aplicada inicialmente por Pachacútec y culminada por su hijo Tupac Inca Yupanqui.
La preparación de las shajapas siempre ha estado sumida en el mito y la leyenda, los antiguos coronguinos, contaban que para que éstas suenen adecuadamente, deben de ser preparados en una forma ceremonial y que no cualquiera podía hacerlas, siendo la gente de Colcabamba los diestros en este arte; hoy en día las mejores shajapas están en San Isidro, Aco y Cusca.
Las semillas del maichil se limpian, son puestas a secar y esperan a una noche de luna llena, donde a la luz de la «Mama Quilla» (Luna), se tuestan en grasa de venado o de chivo hasta que adquieran las características que el artesano y el danzante quieran. Las semillas poco a poco van adquiriendo su color oscuro y van obteniendo el sonido que hará temblar la tierra cuando, atado a sus tobillos, acompañen el danzar del guerrero.
Todas las shajapas no suenan igual, según la tostada, puede ser más grave o más agudas, pero en conjunto, hacen que de los pies de los guerreros surja un sonido mágico, que se siente en las entrañas y recorre el cuerpo entero cuando uno los ve bailar al son de los cajeros.
Después de ser tostadas, se pasa una tira de nylon por la parte superior de cada una de ellas y se atan en pares en una resistente tela que será la que se ceñirá a los tobillos del danzante.
Las shajapas se componen de hasta doscientos pares de semillas llegando a tener más de un kilo y medio de peso cada una. Esto hace que el danzante shajsha requiera una formidable condición física para poder ofrendar su baile.

Las Armas del Guerrero:
El Shajsha de la provincia de Corongo, es un guerrero presto para la lid, muestra en su danzar escenas de ataque y defensa que al final remata con un baile de victoria. Por ello sus armas llamadas la macana y la rodela, son parte muy importante de los aditamentos que lleva mientras hace sus coreografías.
La Macana es el arma ofensiva, representación de las porras de guerra prehispánicas, armas de mano portátiles y ligeras, pero muy eficaces en el combate cuerpo a cuerpo. Junto al fiero carácter y a la capacidad bélica de los guerreros, el arma causaba grandes estragos en el enemigo. No por gusto los guerreros de Korymarca (Huallas, Cushcas, Clarin irkas, Namus, Tapcas, etc.) fueron conocidos por su fiereza y sus destrezas en los campos de batalla. Hoy sabemos que durante mucho tiempo mantuvieron en jaque a las tropas incaicas antes de ser sometidos y anexados al Tahuantinsuyo.
La Rodela es el arma defensiva, representación del escudo que el guerrero llevaba a las batallas para protegerse. El shajsha es tan orgulloso y confía tanto en su fortaleza, que prefiere llevarlo a la espalda. Solo lo muestra y lo ubica en su posición defensiva natural, cuando la danza llega a su auge, durante la contramudanza, cuando los guerreros combaten entre ellos ceremonialmente, trayendo al presente las grandes campañas bélicas del pasado.
Mientras baila, el shajsha lleva la macana en la mano derecha, la cual blande dibujando estelas en el aire o como queriendo cortar al viento con sus movimientos. La rodela se mantiene en la espalda, firme y presta para salir cuando el guerrero la necesite.

La Peluca:
Es la prenda que los Shajshas llevan cubriendo su cabeza. Se confecciona en un pedazo de sombrero o una gorra tejida donde se sujetan mechones largos de pelo que son alternados con cintas de colores.
Este accesorio complementa la fiera figura del guerrero, haciéndolo verse mucho más amenazante y de un mayor tamaño corporal, con la finalidad de amilanar al enemigo.
Antiguamente, las pelucas eran desgreñadas y llevaban una gran trenza. Hoy en día se mandan a confeccionar de materiales sintéticos. Al bailar el guerrero mueve vigorosamente cabeza meciendo los pelos y las cintas que al moverse asemejan serpientes prestas para el ataque.
En general el Shajsha de la provincia de Corongo (Aco, Cusca, Corongo, Colcabamba) es una gran unidad cultural y folclórica, semilla originaria de un incasable pueblo luchador, que a pesar de los siglos ha sabido mantener y defender sus principales manifestaciones tradicionales.

Así debe de mantenerse para siempre, es tarea de nosotros el de inculcar a las nuevas generaciones la grandiosidad de nuestra cultura. Las manifestaciones de nuestro pueblo no deben separarnos, ellas no obedecen a políticas personales, familiares ni institucionales sino al amor por una tierra que supo darnos lo mejor de sí y a la cual siempre tenemos presente sin importar el tiempo ni la distancia. Por tanto todos los debemos de bregar juntos, rescatando la originalidad de nuestras manifestaciones folclóricas, promoviéndolas y difundiéndolas adecuadamente por el bien de nuestro amado terruño, Corongo.

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